Siguiendo un poco en la línea de la entrada anterior, antes
de ponernos a hacer deporte quiero explicar otra pauta sencilla pero a la vez
muy útil que nos ayudará a tener un visión más global de nuestra glucemia y con
ello, poder establecer una dosis lo más correcta posible.
Por ello, hoy voy a hablar de la agenda para apuntar los
controles diarios de glucemia, algo tan básico y fácil que podemos incluso
llegar a despreocuparnos de llevarla a cabo, pero no debemos de olvidarnos pues
es fundamental para alcanzar la estabilidad glucémica de la que siempre
hablamos.
De nuevo es una práctica que aconsejo enormemente a los
padres, pues gracias a ello, y estableciendo la rutina de los hidratos de
carbono explicada en la entrada anterior, podremos relacionar con mayor
facilidad los hidratos ingeridos con la dosis de insulina y entonces, evitar
muchas de los descontroles glucémicos que puedan tener los hijos.
El patrón no es muy difícil de explicar, simplemente,
consiste en anotar las glucemias que debidamente nos tenemos que hacer siempre antes
de cada comida, y los controles que nos hagamos después de ellas, que aunque no
sean en todas, si es aconsejable hacerlo con cierta regularidad hasta que
obtengamos una relativa estabilidad.
También anotaremos la insulina que nos hemos puesto en tales
comidas, con los hidratos ingeridos, y así, si observamos que diariamente
tenemos glucemias fuera del intervalo establecido como correcto, deberemos de
hacer la variación en la dosis que creamos oportuna para intentar así que nuestros
valores sean óptimos.
Por otra parte, nos encontramos con los programas informáticos
que algunos medidores traen consigo, los cuales nos permiten volcar toda la
información de tales medidores en nuestro ordenador, presentándonos ante
nosotros gráficas que nos ayudarán también a poder ver de una manera más clara
nuestra glucemia, y de nuevo, poder modificar la insulina en los puntos donde
exista un descontrol.
Es cierto que esto al principio es muy difícil y nos
encontraremos algo perdidos a la hora de actuar y modificar nuestras dosis, y más
aún los padres, y aunque siempre podremos recurrir a nuestro endocrino, animo
desde aquí a intentar poco a poco a aprender a establecer nosotros nuestra
dosis, pues así seremos más independientes dentro de nuestra diabetes.
Rodrigueitor eres mi héroe cotidiano
ResponderEliminarGracias ,me eres de gran ayuda ,sin conocernos de nada .Ahora por ejemplo Joan tiene el brazo enyesado y no hará deporte se tendra que pinchar más insulina ,verdad? No tiene por que afectarle a sus glucemias el dolor del brazo? mil gracias
ResponderEliminarMe alegro ser ayuda. Siempre que he tenido que estar parado por alguna lesión, he preferido no parar del todo porque sino, el cambio en cuanto dosis es muy drástico. En unos días se puede perder ese "colchón" que nos supone el ejercicio, e incluso, tener que duplicar las unidades.
ResponderEliminarPor eso, yo le recomendaría, que si es posible, hiciera algo de bici estática, que aunque sea un niño y tenga el brazo escayolado seguramente no pare quieto, pero la bici le va a venir bien tanto para no perder esos beneficios del deporte, como para que cuando se reincorpore a los entrenamientos, no note de nuevo otro cambio drástico y las hipoglucemias que pueden aparecer.
Respecto al dolor, no debería de influir y desestabilizar la glucemia, solo se podría dar el caso que se tomara algún medicamento que si influya en ella, pero eso es consultarlo con el médico que se los recete.
Un saludo.