Hoy voy a hablar de una de las pautas más importantes que
debemos de tener en cuenta a la hora de realizar ejercicio físico y es el
previo control glucémico antes de ponerse en marcha.
En la anterior entrada lo nombré solamente, dado que
considero que es un tema que se merece un enfoque mayor.
El marcarnos la rutina de conocer siempre nuestra glucemia,
el saber valorarla y actuar en consecuencia con ella antes de comenzar a hacer
cualquier tipo de ejercicio físico, es fundamental. Por ello, nuestro medidor
se convierte en un instrumento inseparable y no se nos puede olvidar a la hora
de preparar nuestro material al salir de casa.
Tener siempre un medidor a mano es algo que recomiendo, pues
a lo largo de la sesión podrán aparecer síntomas de una hipoglucemia o
simplemente, dudemos de como nos encontramos en cuanto nuestra glucemia se
refiere.
Así, y como he dicho, deberemos de usar nuestro glucómetro
una vez vayamos a empezar a ejercitarnos. Una vez sepamos el valor, habrá que
saber actuar en base a ello.
Dependiendo de lo que vayamos a realizar en la sesión, bien
sea de fuerza en el gimnasio o trabajo por series, tanto aeróbico como
anaeróbico, nuestra glucemia marcará los hidratos que tendremos que ingerir, o
porque no, inyectarnos insulina, aunque de esto hablaré otro día.
En mi caso, y aquí ya entramos en la práctica con un
ejemplo, valores de entre 120-150 mg/dl antes de ponerme a entrenar, me dan la
seguridad de que si entreno una sesión de gimnasio, no voy a tener una
hipoglucemia. En cambio, si la sesión fuera de series, deberé de ingerir algo
de hidratos, siendo mayor la cantidad cuanto más aeróbica sea la sesión.
La ingesta de hidratos dependiendo de como son las series la
puedo ejemplificar con la diferencia que existe entre la pretemporada, donde
predomina lo aeróbico, y entre la etapa competitiva, donde el número de series
se reduce y aumenta la intensidad, pasando a un entrenamiento anaeróbico. Así,
en la primera deberé de tomar una mayor cantidad de hidratos que en la segunda
etapa, aún con valores glucémicos iguales.
Aunque esto no se pueda convertir en algo objetivo y
aplicable para todos, creo que puede servir para ver lo importante que es
conocer nuestra glucemia, pues en gran parte evitará la aparición de una
hipoglucemia o de “picos”, si antes de entrenar tenemos altos valores de
glucosa.
Por todo esto, animo a probarse, partiendo del conocimiento
de nuestros valores, ir mejorando poco a poco en busca de una mayor estabilidad
y quitarse los miedos a la aparición de las hipoglucemias en el deporte.