Saliéndome de la tónica del atletismo, pero no por ello del
deporte y como ya hice en la entrada del descenso del rio, vuelvo para narrar
otra experiencia nueva, ya que hace unos días fui a Javalambre a realizar snow
y me parecía interesante contar como fue el día y lo que supuso la diabetes en
ello.
Después de dejar todo preparado la noche anterior, tocaba
madrugar, hacer los bocadillos para todo el día y partir. Amanecía el día a 117
mg/dl y tras ponerme las mismas dosis que un desayuno normal, cogimos el coche
y nos esperaban dos horas de viaje antes de llegar a la estación de esquí. Nada
más llegar y ya con el forfait en mano, era la hora de almorzar y cargar las
pilas para lo que después tocaba.
Valorando la actividad física que iba a realizar y
comparándola con el ejercicio que a día de hoy estoy realizando, que es mucho
menor a la etapa en la que entrenaba, consideré que el almuerzo tenía que ser
mayor de lo normal y sin una dosis de insulina que lo acompañara, pues la
actividad se encargaría de utilizar esos hidratos por si sola.
El carácter aeróbico, el uso de grupos musculares distintos
a otros deportes y que no están tan acostumbrados a ejercitarse, y la
intensidad durante varias horas que iba a realizar, son factores que tuve en
cuenta para tomar esta decisión. Por ello, tomé un almuerzo de 3 raciones de HC
en forma de bocadillo teniendo una glucemia de 157 mg/dl.
A lo largo de la mañana, fui monitorizando la glucemia,
llevando siempre conmigo azucarillos y un medidor. Algo a tener en cuenta, es
las bajas temperaturas a las que se está, no funcionando el medidor en estas
temperaturas. Por ello, cada hora/ hora y media, pasaba por el baño para
medirme la glucemia. Las tomas fueron de 124 mg/dl una hora después del
almuerzo, en la cual ingerí dos raciones en forma de azúcar para prevenir una
hipoglucemia, sabiendo que como iba a seguir ejercitándome eso podría ir
bajando; 170 mg/dl hora y media después, y en este, dado que quedaba poco para
la comida decidí no tomar más suplementos.
Tocaba la hora de comer, habiéndome preparado un bocadillo
de 8 raciones, y teniendo una glucemia de 140 mg/dl, decidí ponerme 4 unidades
de insulina, con una proporción de 0,5 u/ración cuando de normal estoy en una
relación de 0,8. Tras dejar reposar un poco la comida y los dolores por las
caídas, volvimos a la nieve, siguiendo con mis controles rutinarios durante la
práctica.
A las dos horas de comer, el marcador de mi glucómetro
marcaba 169 mg/dl, dando por bueno la medición y ya apurando el tiempo que nos
quedaba, bajando las últimas pistas y disfrutando de ello.
En la cena de ese día, bajé también un poco
la relación de unidades, dejándola en 0,5 al igual que en la comida, y
dejándome la sensación que había sido todo un éxito; la experiencia, el manejo
de la glucemia, el disfrute con los amigos… Todo ello, con ganas de repetirlo.
Hola!
ResponderEliminarLo que comentas de que el glucómetro a tan bajas temperaturas no funcionaba es algo muy importante para tener en cuenta. Tengo una pregunta, ¿donde llevaste la insulina para que no se congelara?
Gracias!
Buenas noches.
ResponderEliminarLa insulina la dejé en el coche, a buen recaudo dado que para comer volvíamos a él y llevar la pluma encima, con tanta caída, no me convencía mucho, a parte de la temperatura.
Espero poder haberte ayudado.
Un saludo.
Hola, me viene genial leerte porque mi hija de 11 años se va este mes de Marzo de viaje de estudios a la nieve y claro, va a tener que "manejarse" ella sola durante 4 o 5 días. Serán varias horas de sky por la mañana con monitor y no se si incluso por la tarde de forma libre y yo ya estoy temblando, ¿donde llevará la insulina si ellos comeran en el restaurante allí en pistas? ¿aguantará el glucómetro las bajas temeraturas? ¿sabrá calcular la insulina que ponerse? ¿por la noche se despertará de madrugada para medirse? son tantas dudas las que tengo.. nunca ha salido sola mas que a los campamentos con la asociación de diabéticos de Zaragoza y por supuesto eso te da una tranquilidad total.
ResponderEliminarElla tiene diabetes desde que tenía 4 años y es una niña muy responsable pero siempre somos su padre o yo los que pensamos todo lo que tenemos que hacer ( aunque cada vez más ella opina sobre lo que haría, con buen criterio)
Yo lo que haría en su caso es dejar la insulina en el restaurante, incluso el glucómetro también, y una vez vayan a la comida ya utilizarlo. Si se encuentra mal a mitad de día, es acudir a él y medirse la glucemia, y siempre llevando azucarillos encima, que ante la duda es mejor tomárselos antes de pasar por alto una hipo. Calcular la dosis en días de deporte siempre es algo menos de lo normal, dado que ejercitándose todo el día la sensibilidad a la insulina aumenta, yo me pongo un 20% menos los días de snow. Y ante todo, que los monitores tengan idea de que hacer en cada momento y comunicación directa contigo para las dudas que les puedan surgir.
ResponderEliminarOye,
ResponderEliminar¡No hay mejor sensación!
Despertar todas las mañanas sin tener que preocuparte del pinchazo diario para saber cómo están tus niveles de azúcar...
Eso es empezar el día de la manera correcta, ¡como pasaba antes!
Si ya olvidaste ese momento... ¡Prepárate para experimentar una avalancha de nuevos despertares nuevamente!
Verás, este nuevo enfoque para erradicar la diabetes está tomando el país por sorpresa.
Tanto hombres y mujeres están viendo resultados que no habían experimentado en años...
Bajar el azúcar en 30, 40 y hasta 80 miligramos en cuestión de semanas...
Despreocuparse de la ceguera o la perdida de una extremidad...
Y sentirse renovado al escuchar los elogios de familiares y amigos con el nuevo cambio de humor.
Sé que suena como algo que no has escuchado antes...
No lo es, esto es un método revolucionario.
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es verdad por favor no lo rechazen